Fórceps y homeopatía

Illustration of a breech delivery with obstetric forceps painted by American medical artist Catherine Sinclair Holt ( 1914 - 1990)

El fórceps es un instrumento metálico con forma de pinza que utiliza el Tocólogo en la cabeza del feto para extraerlo del canal del parto por las vías naturales, cuando las contracciones y los pujos maternos no son suficientes para expulsar al bebé.
Este instrumento fue creado en Inglaterra a fines del siglo XVII por una dinastía de parteros, los Chamberlein.
Esta familia lo mantuvo en secreto hasta el siglo XVIII, en que se generalizó su empleo entre los obstetras más capacitados.

Con el transcurrir del tiempo el fórceps fue sufriendo transformaciones y perfeccionamientos. Los más usados en nuestro país actualmente son: el Tarnier, el Sweiffeld, el Kjelland, el Simpson.
El fórceps está compuesto por dos elementos separables llamados "ramas", y que se unen para su utilización por medio de una articulación. Cada rama tiene una parte superior que se llama "cuchara", luego viene la articulación, y finalmente el "mango", que es manejado por el médico.
En la época en que se inventó fue de gran utilidad, ya que hacer una cesárea era prácticamente mortal para la madre (no había antibióticos para tratar las infecciones quirúrgicas).
Fue beneficioso para muchos bebés que quedaban en el canal del parto y empezaban a sufrir la falta de oxigeno placentario (alteración de los latidos fetales). A veces pasaban horas hasta la expulsión.

Las fantasías y temores con respecto al fórceps vienen de años atrás, cuando no era factible realizar una cesárea, entonces el bebé era extraído desde zonas altas del canal del parto, y muchas veces ocasionando lesiones en la cabecita. Actualmente cambió mucho esta situación.
Solamente se utiliza el fórceps para extraer la cabecita que ya está prácticamente asomando en la vulva en casos de urgencia para la salud del bebé. Si no, se prepara a la paciente para una operación cesárea.
En manos experimentadas el fórceps es un instrumento salvador.
Cuando el obstetra considera que está frente a un período expulsivo prolongado, que la madre está agotada (no puede colaborar más con el parto), y que debido a ello no puede pujar más, que los latidos del bebé indican que está empezando a sufrir, entonces el fórceps es un instrumento salvador, siempre respetando el mecanismo del parto normal. La función principal del mismo es la de tracción. 

Otra indicación del mismo es cuando la parturienta tuvo una cesárea anterior, y ahora ha llegado a su período expulsivo, entonces profilácticamente se utiliza para evitar que la madre puje en forma prolongada, ya que corre peligro de rotura la cicatriz uterina de la cesárea anterior.

Cuando el fórceps se aplica apropiada, cuidadosa y experimentadamente, rara vez produce heridas o daños en el bebé. Algunas marquitas pueden observarse a veces, que desaparecen en unos pocos días.

HOMEOPATÍA:

Hay cuatro "reglas para las indicaciones quirúrgicas" en Homeopatía, y que fueron enunciadas por el creador de la misma, el Dr. Samuel Hahnemann:

1. "Toda enfermedad o trastorno mecánico se trata con procedimientos mecánicos": fracturas, estrecheces, obstrucciones, hernias, etc.

2. "Todo cuerpo extraño al organismo puede ser eliminado o extraído por cirugía": balas, esquirlas, colecciones de pus que no drenan espontáneamente, etc.

3. "No debe ser operada una lesión que puede ser curada por tratamiento médico, y cuya extirpación o supresión involucre el riesgo de una metástasis mórbida (enfermedad más grave y más profunda en otro órgano)". Ej: amígdalas supuradas, fibromas, adenomas de mama y de próstata, úlceras no complicadas de estómago, hemorroides, etc. Si éstos produjeran trastornos mecánicos de obstrucción o compresión, entonces sí van a la cirugía.

4. "Deben ser operados todos aquellos casos en que la urgencia del proceso lo requiera": grandes hemorragias, úlceras perforadas, apendicitis, peritonitis, compresiones endocraneanas, etc.

En el caso en que el trabajo de parto termine en fórceps, el médico homeópata prepara a la paciente para esta cirugía menor con la medicación necesaria. 

La aplicación del fórceps siempre es una urgencia. Luego, en el post-operatorio se medicará con remedios homeopáticos para el dolor, para prevenir posibles hemorragias, infecciones, y sobre todo para que la mujer evolucione mental y físicamente en forma adecuada, equilibrando su energía vital, armonizándola energéticamente. 

Todo esto favorece la pronta recuperación y buena evolución del post-operatorio, y la buena relación del binomio madre-hijo.

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