Depresión y Homeopatía

"DEPRESIÓN"
Vincent van Gogh
   1853 - 1890 

Tus problemas no se pueden resolver en el mismo nivel mental 

que tenías cuando los creaste.

Conociendo la complejidad del cerebro y el comportamiento humanos,
ALBERT EINSTEIN dijo en cierta ocasión:

"¡QUÉ DIFÍCIL RESULTA! ¡CUÁNTO MÁS DIFÍCIL ES LA PSICOLOGÍA QUE LA FÍSICA!"

Forma parte de la curación el deseo de ser curado".

SÉNECA

La depresión se conoce ya desde la época de Hipócrates (s. V a.C.), y él la describía como debida a los efectos de la bilis negra. Hipócrates decía "que la alineación de los planetas provocaba secreción de bilis negra, lo cual oscurecía el humor y causaba melancolía".
Otros autores posteriores dijeron que "los melancólicos nacían de padres melancólicos". Que "la dieta y el alcohol provocaban depresión". Que "la melancolía era un daño en los espermios del padre".
Si bien pueden deprimirse personas de cualquier edad y condición física, algunos son susceptibles de enfermar de depresión por factores sociales, biológicos, psicológicos. En ancianos y adolescentes es más dificultoso llegar a un diagnóstico.
Actualmente, nuestro acelerado estilo de vida occidental, falto de respeto, desmembrado en lo que respecta a la familia, despersonalizado, autoritario, corrupto, con contaminaciones visuales y auditivas, en búsqueda de estatus y poder, altera nuestro equilibrio y favorece que se generen disturbios psíquicos, en donde se incluye la depresión. Abarca desde la niñez hasta la vejez.

El equilibrio se resquebraja en la medida en que los valores morales desaparecen.

El trastorno depresivo afecta al cerebro, al alma, a la manera de pensar, a la autoestima. A la forma en cómo una persona come, duerme. El enfermo no puede liberarse de la enfermedad a voluntad.
Es un estado emocional que se caracteriza por tristeza extrema, una percepción de vacío y rechazo, y falta de autoestima. No tiene nada que ver con una tristeza pasajera.
Las personas con poca autoestima se perciben a sí mismas y perciben al mundo en forma pesimista. Se abruman fácilmente por el estrés, están predispuestas a la depresión. No se sabe con certeza si esto representa una predisposición psicológica o una etapa temprana de la enfermedad.
En la depresión leve encontramos sensación de abatimiento, de tristeza, de rechazo, de abandono.
En la depresión moderada o distimia encontramos trastornos en el proceso del pensamiento, en la mala comunicación, en la mala socialización, y una disfunción sensorial. No es incapacitante, pero interfiere en el funcionamiento y el bienestar de la persona.
En la depresión severa, si el paciente no está bien tratado y bien contenido, puede llegar al suicidio, que es la consecuencia más grave de la depresión. La depresión severa puede destruir tanto la vida de la persona enferma como la de su familia. Esta depresión se manifiesta por una combinación de síntomas que interfieren tanto su vida como su sueño.

SÍNTOMAS:

Son varios los síntomas físicos y psíquicos. Entre los físicos, muchas veces los pacientes se quejan de un dolor referido en el pecho: entendamos que descartando las causas orgánicas, es el dolor del alma. También puede expresarse portrastornos del peso y del apetito.Cefaleas, opresión precordial y distintas sensaciones de malestar corporal, como dolores erráticos, por ejemplo.Otras veces los pacientes presentan concomitantemente padecimientos físicos y emocionales, o sea que en muchos casos se están expresando a través de sus síntomas somáticos, a través de su cuerpo. La depresión puede estar oculta entonces por dichos síntomas físicos, que generalmente están asociados con ansiedad. Otras veces una determinada causa orgánica puede estar provocando la depresión.

Síntomas psíquicos:

  • Humor depresivo: inicialmente hay pesimismo o amargura, desesperanza, tristeza patológica (profunda, arrasadora), hastío de la vida o falta de placer, hay preocupaciones morales o económicas, hipocondría, cefaleas, opresión precordial y distintas sensaciones de malestar corporal. Son insensibles al consuelo. Son pacientes anhedónicos (del griego: an: "sin", y hedoné: "placer"): tienen insensibilidad al placer, con vivencia de infelicidad mortificante.

  • Anergia: o vaciamiento de impulsos. Hay aburrimiento o apatía (falta de ganas), negrura pesimista, cavilaciones obsesivas e indecisión, disminución de la actividad habitual en los trabajos o diversiones, astenia o adinamia (fatiga corporal), y desaparición de la libido sexual, insensibilidad a los estímulos externos (sensación de vacío interior), falta de concentración de la atención. Pueden llegar a un estado de anestesia afectiva: melancolía.

Hay que tener presente que los casos de fatiga corporal crónica obedecen la gran mayoría
de las veces al síndrome depresivo, desde los niños hasta los ancianos.

El síndrome integrado por la fatiga crónica y la fibromialgia (mialgia significa dolor muscular) corresponde muchas veces a un estado depresivo.

  • Discomunicación: hay aflicción por cualquier cosa, retraimiento social, sensaciones de soledad o aislamiento, irritabilidad, abandono de las lecturas, radio o televisión y descuido en el arreglo personal y en el vestuario. La falta de comunicación depresiva conduce al paciente al aislamiento, por bloqueo afectivo.

  • Ritmopatía: o desregulación de los ritmos; suele sobresalir inicialmente la disminución del sueño, el empeoramiento por las mañanas, la pérdida del apetito y de peso, la inestabilidad del estado subjetivo y objetivo a lo largo del día (oscilación circadiana de la sintomatología). Circadiano significa alrededor de un día de 24 horas, y en este ritmo se cumplen los ciclos de actividad/descanso, alimentación, sueño/vigilia.

El 50 % de las fases depresivas comienzan con un trastorno del sueño.

  • Ansiedad: el paciente experimenta una gran desazón, una gran inestabilidad.

  • Insomnio: o se despierta muy temprano o no puede conciliar el sueño. Otras veces hay un estado de hipersomnia (duerme todo el tiempo).

  • Hipocondría: su pensamiento está alterado. Imagina tener todas las enfermedades. También puede tener dolores crónicos o erráticos.

  • Trastornos del peso y del apetito.

  • Trastornos en la esfera sexual: impotencia en el hombre, frigidez en la mujer, falta de deseo sexual en ambos.

  • Trastorno bipolar o enfermedad maníaco-depresiva: están alterados los mecanismos que regulan el estado de ánimo. No es tan frecuente como los otros trastornos depresivos. Se caracteriza esta enfermedad por cambios cíclicos en los estados de ánimo: de pronto está con el ánimo elevado o eufórico (manía), o con el ánimo muy bajo (depresión). Cuando el paciente se encuentra en la fase depresiva puede padecer uno o varios síntomas de la depresión. Cuando está en la fase de manía se afecta la manera de pensar, el juicio y la manera de comportarse en relación a los demás.

CAUSAS DE LA DEPRESIÓN:

La depresión puede ser reactiva o exógena (el trastorno viene de afuera): muerte de un ser querido, pérdida de un trabajo, o endógena (el trastorno viene de su interior): el paciente se deprime sin haber una causa real. En otros casos pueden implicarse ambos factores.

Las alteraciones bioquímicas y neurofisiológicas son las mismas para ambas depresiones. Son alteraciones a nivel de los neurotransmisores del sistema nervioso central: noradrenalina, serotonina, dopamina, sistema GABA (ácido gama aminobutírico) y acetilcolina. También se ha establecido que puede haber una alteración en los receptores de dichas neuronas (donde se unen los neurotransmisores). Los neurotransmisores, como su nombre lo indica, son sustancias que existen en las neuronas que se ponen en funcionamiento por medio de impulsos eléctricos y químicos, y se van transmitiendo mensajes de una neurona a otra. También se pueden inhibir mensajes, según la frecuencia e intensidad del mensaje transmitido y la sensibilidad de las neuronas receptoras.
Origen psico-neuro-inmuno-endocrino: en la depresión se han encontrado alteraciones en el funcionamiento del eje hipotálamo-hipófisis-ovárico-tiroideo-suprarrenal. Las hormonas segregadas, en algún momento pierden el equilibrio secretor y alguna de estas glándulas entra en disfunción hormonal. Neurotransmisores como la serotonina o la adrenalina regulan la secreción del hipotálamo.
Predisposición biológica o genética: suele existir en algunos pacientes, con antecedentes familiares de algún tipo de depresión.
El estrés: puede ser un factor precipitante de trastornos afectivos en un individuo que ya tiene una vulnerabilidad de base.
El consumo de alcohol: puede producir cuadros depresivos, o bipolares.

CUANDO SE DESCUBREN SÍNTOMAS DE ANGUSTIA, HAY QUE TENER EN CUENTA QUE LA ANGUSTIA O LA ANSIEDAD PUEDEN FORMAR PARTE DE LA DEPRESIÓN.

DIAGNÓSTICO:

Algunos pacientes presentan depresión sin síntomas físicos. Pero la mayoría presentan concomitantemente padecimientos físicos y emocionales, o sea que en muchos casos se están expresando a través de sus síntomas somáticos, a través de su cuerpo.
No dejar de observar que la depresión puede estar oculta entonces por dichos síntomas, que generalmente están asociados con ansiedad.
Otras veces una determinada causa orgánica puede estar provocando la depresión. Sobre todo en pacientes ancianos o en los adolescentes, o en algunas enfermedades graves o invalidantes.
Una vez que tenemos el diagnóstico, debemos descartar los factores externos como causas de depresión: si está ingiriendo medicamentos, drogas (legales o no), si tiene déficit de vitaminas del grupo B, si tiene alteraciones hormonales (tiroides, suprarrenales), si tiene trastornos de la glucemia, etc.

TRATAMIENTO:

Los medicamentos psiquiátricos son seleccionados con el objeto de que influyan directamente en los neurotransmisores que han sufrido un desequilibrio. Pero se ha descubierto que las neuronas tienden a desarrollar una tolerancia y una adicción a tales remedios, lo cual supone una dosificación cada vez mayor para que tengan algún efecto.
Se darán consejos a los pacientes para lograr una buena calidad de vida:

  • Dieta: fundamentalmente rica en frutas y verduras, sin alcohol, sin picantes, sin estimulantes innecesarios, como el café.

  • Ejercicios: que no sean violentos, respetando al cuerpo en su naturaleza, en sus necesidades. Los ejercicios aumentan las endorfinas y producen un funcionamiento cerebral lo más fisiológico posible. Una caminata de 30 minutos por día, en forma tranquila y disfrutando del paisaje.

  • Técnicas de relajación o de yoga: son importantes para armonizar, para manejar el estrés, para estar en paz con uno mismo y con el medio que nos rodea.

  • Suplemento de vitaminas y minerales: son importantes los suplementos de vitaminas C y del grupo B, y sobre todo el ácido fólico; pero recuerde que una buena dieta bien equilibrada los aporta. Una fuente dietética importante de ácido fólico son las espinacas.

  • Tratamiento farmacológico: dentro de la medicina alopática son varios los medicamentos que el especialista puede indicar. No corresponde en este artículo nombrarlos. La finalidad del mismo es brindar al paciente deprimido una alternativa menos agresiva, menos tóxica, y con muchos mejores resultados a corto plazo.

Efectos secundarios de los remedios alopáticos: boca seca, constipación, dificultad para orinar, problemas sexuales, visión borrosa, mareos, somnolencia diurna, dolor de cabeza, náuseas, nerviosismo e insomnio, agitación (inquietud, temblores).
Con respecto al tratamiento psicoterápico, existen variadas formas, incluso terapias a corto plazo. También está indicada la laborterapia.
Una alternativa posible es la acupuntura. La misma, al actuar sobre algunos puntos específicos, liberaría endorfinas ("hormonas de la felicidad"), necesarias para el buen funcionamiento del cerebro.

SINDROME DE ASTENIA O DE FATIGA CRÓNICA:

Existen variadas causas de fatiga crónica, pero cuando no se hallan entonces se habla de síndrome de fatiga crónica, que es una sensación de debilidad física, de cansancio, que no mejora por el reposo. A esta sensación se le suman síntomas tales como: dificultad para concentrarse, déficit de la memoria, dolor de cabeza, adenopatías (ganglios) dolorosas en cuello o axilas, dolores musculares, fiebre de causa desconocida, trastornos del sueño, pérdida de fuerzas, algunos trastornos alérgicos, dolores abdominales.
Las causas orgánicas de la fatiga crónica son: enfermedades infecciosas agudas o crónicas, anemia, hepatitis, hipotiroidismo, diabetes, y muchas otras etiologías más.
Cuando no existe una enfermedad orgánica que la ocasione, es importante indagar en el paciente el grado de estrés, de hiperactividad, de exigencias laborales por exceso de trabajo, de exigencias deportivas, la mala alimentación, las alteraciones horarias referentes a vigilia/sueño.
Todo lo anteriormente citado tiene que ver con una disfunción del sistema inmunológico, íntimamente relacionado con el estrés.

HOMEOPATÍA:

Los médicos homeópatas pensamos que una de las principales razones por las que existen tantos casos de enfermedades crónicas en la actualidad es por el carácter supresivo de síntomas de la medicina alopática convencional.
La concepción homeopática de salud
está relacionada con la concepción de la mente en general. No se establece la distinción tradicional entre el cuerpo y la mente, sino que se asume que ambos están interrelacionados de una forma dinámica y se influyen directamente. Para la alopatía, enfermo es aquél que presenta una alteración funcional u orgánica. Para la Homeopatía se entiende por enfermo a aquella persona que tiene un desarreglo, una desarmonía en su fuerza vital, en su sistema inmunológico. La fuerza vital es la energía que anima a los seres y dirige sus actividades manteniendo el orden y la armonía funcional indispensables para que exista el estado de salud perfecto. Para Hahnemann (el padre de la Homeopatía) la verdadera enfermedad comienza con ese desarreglo. Así aparecen los trastornos funcionales, seguidos más tarde por alteraciones orgánicas o de los tejidos. Las enfermedades son, entonces, expresiones de ese desorden dinámico. Si se suprimen los síntomas sin preocuparse de corregir el desorden, se habrá eliminado la lesión orgánica, pero NO SE HABRÁ CURADO AL ENFERMO, cuya fuerza o energía vital sigue desviada, y tarde o temprano aparecerá otra enfermedad, porque EL PACIENTE NO ESTÁ CURADO.
No existe en HOMEOPATÍA un remedio universal para la enfermedad. El enfoque holístico del tratamiento homeopático se refiere a tomar al paciente como una totalidad, como un ser humano único e irrepetible, con sus emociones, voluntades, miedos, historia biopatográfica (toda la historia de su vida).
Es una realidad que cada vez, con mayor frecuencia, llegan a los consultorios de los Homeópatas pacientes con sindrome de pánico y con sindromes depresivos. La mayoría de las veces son personas que están en tratamiento alopático desde hace tiempo, que se mantienen "relativamente bien", pero que si dejan la medicación caen otra vez en el pozo depresivo.
Otros vienen porque se lo recomendaron como "último recurso": "probá, total mal no te va a hacer".
Y lo más importante para nosotros los homeópatas, son los pacientes que llegan recomendados por otros que están en tratamiento homeopático y prácticamente están curados.
La medicina alopática, con sus remedios anti-depresivos, va a solucionar el trastorno químico de los neurotransmisores, pero de ninguna manera va a solucionar el trastorno emocional profundo que padece "ese enfermo". Trastorno producido por una desarmonía total y profunda en la vida de ese individuo que abarca mente, cuerpo y alma o espíritu.
Al Homeópata Unicista
además de la depresión del paciente, le interesan otros síntomas concomitantes que acompañan a la misma: si llora o no, si llora a solas o en compañía, si acepta el consuelo, si tiene miedos, si la música lo mejora o lo empeora, si desea estar solo o acompañado, si transpira o no, cómo es el sueño, si tiene pesadillas, sus deseos alimenticios, si es friolento o caluroso, etc., etc. Así surgirá el remedio adecuado para ese paciente, no importa qué tipo de depresión tenga.
En la perimenopausia, los médicos alópatas recomiendan terapias hormonales de reemplazo, pero si enfocamos a la paciente desde su totalidad, no debería ser así. Primero, si la naturaleza dice que los ovarios no van a segregar más hormonas porque ya se cumplió el ciclo, es un error querer administrarlas para "reemplazar ese déficit natural". Segundo, están tratando al síntoma y no a la paciente. El equilibrio emocional de esa mujer surgirá del remedio homeopático bien indicado, para esa paciente, y no para esa enfermedad.
La Medicina Homeopática Unicista no suprime síntomas, sino que por el contrario produce un equilibrio energético (inmunológico) del paciente para que a partir de esa armonización el mismo pueda realizar su propia curación.

"Para la Homeopatía Unicista la curación no es un milagro, es un camino que debe recorrerse,
que tiene obstáculos y tropiezos, que lleva tiempo. Pero si está dispuesto a recorrerlo,
su Homeópata con gusto lo acompañará y lo apoyará. Es difícil, pero es posible".
(Dr. Eduardo Imventarza).

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