¿Se puede curar la alergia?

Esta pregunta es quizá la que con más frecuencia recibe el médico homeópata de un gran número de pacientes que sufren estos padecimientos. La alergia, como manifestación de enfermedad, aparece en múltiples lugares, ya sea la piel, aparato respiratorio, senos paranasales, aparato digestivo, etc.

Los pacientes alérgicos están desconcertados por una afección que les resulta difícil de explicar, tienen hábitos de vida normales, pero a ellos todo les hace mal.
Los más sensibles, los afecta más el frío, el polvo, los alimentos, los medicamentos, casi no hay nada que les siente bien.
Para colmo de males, generalmente han hecho muchas consultas a especialistas, numerosos tratamientos y pocos resultados.
Cuando preguntan si la homeopatía los puede sanar, lo hacen entre la desconfianza que provoca la reiterada decepción, y la esperanza de encontrar un nuevo enfoque terapéutico.
Para creer hay que saber y ver resultados positivos en el tratamiento aplicado.
Quien piense que el fenómeno alérgico sólo tiene que ver con una predisposición y una sustancia externa que desencadena el proceso, se equivocará en el tratamiento. Con este esquema mecanicista, su terapéutica sólo tenderá a eliminar la sustancia supuestamente alergénica o a combatirla con el empleo de medicamentos de intensa acción, como corticoides o antihistamínicos. Estos podrán tener una acción inmediata relativa, pero que más tarde incidirá en una disminución progresiva de la salud del paciente. Aquí comienza la decepción, la pérdida de confianza, y la búsqueda de alguna otra alternativa médica para un tratamiento más efectivo.

La medicina homeopática es la alternativa más indicada.

En principio, ésta considera a la persona como una totalidad psicofísica, en la que la enfermedad alérgica es la resultante de un amplio número de causas. El médico homeópata tratará de saber cómo es el temperamento de cada paciente, su modo de ser, para saber qué lo afecta en su disposición a enfermar. Con frecuencia el desencadenante de la afección está relacionado con factores emocionales en distintas situaciones de vida. Se buscará conocer su modalidad climática, sus deseos y rechazos alimentarios, su modo de transpirar y de dormir, su lateralidad más predispuesta, etc.
Con todo esto se conocerá la personalidad del paciente, su individualidad, el por qué enferma así, con esas características peculiares, que hacen que ninguna enfermedad sea exactamente igual a otra., ni la misma enfermedad es igual en distintos pacientes. Como resultado de lo que se haya observado se podrá prescribir el medicamento homeopático que cada paciente necesite.

Medicamento natural, sin efectos secundarios, que no disfrazará la enfermedad y que curará al paciente en su manifestación clínica y en su disposición.

Así, ante la pregunta: "doctor ¿se puede curar mi alergia?" Le respondo: sí, si usted está dispuesto a iniciar esta propuesta médica, que hace imprescindible su colaboración para poder pesquisar la modalidad de los síntomas, la peculiaridad que permita determinar el medicamento indicado para iniciar el proceso curativo, y su constancia hasta la recuperación posible.

Dr. Juan C. Pellegrino
Prof. Titular de AMHA - 2004

Ya desde el seno materno el organismo desarrolla un estado defensivo mediante el cual formará anticuerpos y el cual utilizará durante toda su vida. Contra gérmenes, sustancias ambientales, etc. Pero en algunas personas se producirán reacciones de rechazo exageradas, una hipersensibilidad a determinados factores del mundo que las rodea. Esto se denomina alergia. Y existe una predisposición familiar a padecerla.
Todos los elementos que puedan provocar reacciones exageradas se llaman alergenos.
Una manera de detectar este padecimiento es mediante un análisis de sangre en donde se dosa la Inmunoglobulina E. Cuando las cifras están elevadas sobre los valores considerados como normales, estamos frente a un paciente alérgico.

Para los médicos homeópatas y para la medicina homeopática, todas estas consideraciones son importantes para saber que estamos frente a un paciente alérgico, pero solamente para ello. El enfoque nuestro es considerar al paciente en totalidad, como ser único e irrepetible, que padece una determinada enfermedad, pero que la curación va a surgir del propio paciente y no del remedio que le cure la alergia. Es por ello que una vez lograda la curación, no es necesario que el paciente evite ciertos alergenos que anteriormente le provocaban trastornos. No serán necesarias dietas especiales, climas especiales recomendados o no, y menos aún realizar esos tediosos test para saber a qué es alérgico.
El paciente solamente tendrá que tener un poco de paciencia y esperar que se produzca la curación a partir del remedio único, haciendo la salvedad que para cada uno habrá un tiempo que dependerá de él mismo y de su propia reacción de curación. En algunos casos la respuesta al tratamiento es espectacularmente rápida, en otros, a veces, lleva algunos meses.
En los niños, por ejemplo, la curación es mucho más rápida debido a que son más vírgenes de tratamientos alopáticos supresores de síntomas. Me refiero a los corticoides y a los antihistamínicos, que no hacen nada más que suprimir síntomas, pero que no curan al paciente. En los adultos, los cuales han recibido mucho tiempo este tipo de terapias, retroceder todo lo medicado y volver al paciente a su estado de equilibrio vital lleva más tiempo.

Dra. Norma Pereyra
Ayudante de Cátedra
AMHA - 2004

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